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lunes, 19 de julio de 2010

E lo decimos e así lo rubricamos

La vigorosa persecución de "sospechosos", nos conduce invariablemente hermanos a no excluir ni a obispos ni cardenales de la Iglesia de la cazeria de herejes.

Además hermanos les encargo confeccionar una lista de libros los cuales crean ofendan a la fe o a la moral.



El Tribunal de la Santa Inquisición y del Santo Oficio
Consuelo de Almas, Martillo de Herejes

E lo decimos e así lo rubricamos

+ Toda herejía debe ser perseguida concertadamente por las autoridades civiles y eclesiásticas.

+ Los procesos deberán ser iniciados de oficio —sin instancia de parte—.

+ Los obispos deberán disponer la realización de inquisición en cada parroquia de su diócesis.

+ Las propiedades de los herejes deberán ser confiscadas.

+ Los recalcitrantes deberán ser relajados al brazo secular para ser sancionados

+ La Inquisición podrá actuar por acusación, por denuncia o de oficio.

Hay tres opciones posibles para liberar sus culpas:

+ Que los procesados se presentasen libre y voluntariamente a confesar sus faltas; en este caso serían sancionados con medidas espirituales, generalmente leves.

+ Que se arrepintiesen solamente por miedo a la muerte; sufrirían entonces penas de prisión.

+ Que se mantuvieran obstinados en sus errores; serían relajados al brazo secular para que se les aplique la pena de muerte en la hoguera, o lo que mejor nos convenga.



El Tribunal de la Santa Inquisición y del Santo Oficio
Consuelo de Almas, Martillo de Herejes